Fue una fiesta popular, se avisaba el día anterior a toda la familia para que participara en ella.
La noche de la víspera se picaba cebolla y al día siguiente se cocían la calabaza y el arroz para hacer las morcillas.
A los invitados, cuando llegaban se les invitaba a jamón, chorizo y vino para desayunar, al término de esto, los hombres marchaban a por el cerdo y las mujeres preparaban la artesa y el barreño.
Después de socarrar, limpiar las tripas y analizar la carne, los más jovenes se comían el rabo y prepapraban la tajada de la lavandera, después algún adulto inflaba la vejiga del animal haciendo una zambomba, para que los niños jugaran con ella.
A la hora de comer, la costumbre era poner cocido y preparar las morcillas que se cocían y se colgaban alrededor de las chimeneas. Después de la cena se bailaban jotas cantadas por los mayores.
El segundo día de la matanza, los hombres empezaban a estazar y las mujeres a separar la carne para el chorizo.
Estos trabajos se siguen realizando hoy, pero ya no como fiesta de baile y disfrute, sino como cualquier quehacer de la casa, muy independiente entre cada familia. |